Hay que mantener las movilizaciones de incio de curso

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La situación caótica de comienzo de curso en la Comunidad de Madrid, con una educación pública devastada tras años de recortes y privatizaciones por parte del PP, ha llevado a que trabajadores de la enseñanza, docentes y no docentes, nos pongamos en pie de guerra en defensa de una vuelta segura a las aulas y una educación pública de calidad que no deje atrás a nadie. La propuesta de huelga surgida de la convocatoria de Asambleas Intersindicales convocadas por CCOO, UGT, CGT y STEM, así como la organización de los propios trabajadores de la enseñanza para avanzar hacia un escenario de huelga indefinida, han puesto contra las cuerdas a Díaz Ayuso y su Gobierno, demostrando que el único camino es la movilización y la lucha.

Fruto de esta situación, Díaz Ayuso se ha visto obligada a anunciar un plan de refuerzo de la educación pública, que según han señalado los propios sindicatos queda muy lejos de lo mínimamente necesario para comenzar el curso de forma segura. Además, después de todo un verano sin tomar medida alguna, no resulta creíble ni siquiera que se vayan a adoptar las medidas anunciadas, y menos en un par de semanas. Nos encontramos ante pura propaganda de cara a desactivar la huelga y movilizaciones del profesorado. ¡Ninguna credibilidad a Díaz Ayuso y su Gobierno!

CCOO ya ha señalado que dicho plan obvia que solo un poco más de 7.000 docentes irán para la educación pública, ya que el resto serán destinados a la concertada. Asimismo han planteado que de cara a conseguir ratios de 20 alumnos, absolutamente insuficientes de cara a garantizar la seguridad en las aulas, se requeriría la contratación como mínimo de 11.000 docentes, y 29.000 en el caso de querer establecer ratios de 15 alumnos. De hecho, una demostración de la completa insuficiencia de dichas medidas es que a partir de 3º de la ESO la educación será semipresencial, con hasta la mitad del curso online, con la carga extra de trabajo que este formato supone y la merma de la calidad educativa. Al mismo tiempo, el propio Consejero de Educación, que hace unas semanas llamaba vagos a los docentes, ya ha reconocido que esas contrataciones serán temporales. Suponemos que, como el personal médico contratado en plena pandemia, que posteriormente, ha sido despedido.

Pero es que además se introduce una vieja aspiración de exponer al profesorado a la evaluación externa mediante la grabación de las clases, elemento además de dudoso encaje legal. La Comunidad llega incluso a anunciar la flexibilización de horarios y organización interna, suponemos que a costa de más guardias y horas complementarias, y anuncia incluso la flexibilidad de materias o un currículum online sin tener en cuenta la existencia una ley de rango superior, la LOMCE, que por cierto, debemos seguir trabajando por tumbar.

Se anuncia el refuerzo de algunos perfiles no docentes, de otros no se dice nada y para la limpieza o el servicio de autobuses se habla de aumentar los contratos con empresas privadas, nada de apostar por la prestación del servicio público de gestión directa.

No se arranca de las medias actuales ninguna medida de protección para el colectivo vulnerable más allá de pruebas PCRs periódicas, exponiendo gravemente a los compañeros en esta situación al contagio en unas circunstancias que pueden tener en su caso peores consecuencias para su salud.

En este contexto, los sindicatos convocantes han acordado deprisa y corriendo, y sin consultar el conjunto de la comunidad educativa, el aplazamiento de la huelga, algo de lo que se ha congratulado inmediatamente Díaz Ayuso. Creemos que es un grave error, en la práctica un balón de oxigeno a Díaz Ayuso y su Gobierno, dando credibilidad a un plan que los propios sindicatos ya habían denunciado como insuficiente y como una estafa de cara a ocultar el estado deplorable de la educación pública en la Comunidad de Madrid. El propio comunicado de los sindicatos señala que incluso la huelga del 22 y 23 solo se realizará “si la Comunidad de Madrid no pone en marcha todo lo que ha prometido.” Es decir, ¡se avala el plan de Díaz Ayuso que tan solo hace un día se criticaba con razón!

La movilización esta demostrando que tiene efectos, y por eso mismo debe mantenerse hasta que se cumplan los objetivos mínimos que nos hemos propuesto, y hasta que las palabras se conviertan en hechos. Creemos que los sindicatos deben rectificar, y reestablecer los paros que se habían acordado, moviendo en todo caso los paros de comienzo de curso de aquellas etapas que se han aplazado. No debemos aflojar ahora. Basta de promesas y mentiras. Hay que establecer un calendario ascendente que ponga contra las cuerdas a Díaz Ayuso y su Gobierno, y que conquiste una educación pública de calidad segura para todas y todos.

Por eso mismo, queremos expresar nuestro apoyo activo a la huelga general estudiantil convocada por el Sindicato de Estudiantes para el 16, 17 y 18 de septiembre. ¡Su lucha es nuestra lucha!

El ritmo y la intensidad de la movilización, así como las reivindicaciones que consideremos aceptables y cuáles no, deben ser llevadas por el Comité de Huelga a las asambleas de trabajadores. Somos los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza quienes debemos tomar la decisión sobre el destino de la lucha por una vuelta segura a las aulas y por el fin de los años de ataques a la Educación Pública.

 


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