La intensa lucha de las trabajadoras y trabajadores de las tiendas del grupo Inditex, el emporio textil y financiero del oligarca Amancio Ortega, ha conquistado unos grandes resultados. Tras la huelga estatal del pasado 7 de enero y varias jornadas de concentraciones ante las tiendas más destacadas del grupo, el sindicato CGT, mayoritario en las tiendas de Inditex-Madrid, convocó una nueva huelga estatal para el 11 de febrero.

Apenas un día antes del inicio de esa huelga, y ante las innegables señales de que sería un nuevo éxito, con un seguimiento mucho mayor que la del día 7, la empresa se vio obligada a ceder y a aceptar las reivindicaciones de las trabajadoras y trabajadores.

Se repite de nuevo lo que ya ocurrió en A Coruña el pasado diciembre, cuando unas horas antes del inicio de la huelga provincial convocada para el 23 de diciembre por el sindicato CIG, la empresa cedió y aceptó una subida salarial del 25%. Este éxito de las trabajadoras de A Coruña, que de nuevo demostró que solo a través de la movilización se consiguen mejoras laborales, dio un enorme impulso a la lucha de las trabajadoras y trabajadores de las tiendas de Inditex del resto del Estado y desembocó en esta importante victoria.

Un gran avance para el personal de las tiendas de Inditex

La oferta presentada por la empresa para evitar la huelga recoge una subida salarial de entre el 20% y el 25%, según los territorios, aunque en alguna de las provincias con peores salarios la subida ascenderá hasta el 40%. Además, se establece un salario mínimo que, dependiendo de la antigüedad y el puesto, estará entre los 18.000 y los 24.500 euros brutos anuales.

También se consiguen las medidas sociales y favorecedoras de la conciliación que las trabajadoras reclamaban, y se avanza en su equiparación con las de los centros logísticos de la empresa, mayoritariamente masculinizados y que tradicionalmente tenían mejores condiciones que las de las tiendas, en las que el trabajo femenino es mayoritario. Entre otras mejoras, se consiguieron ayudas de 450 € por nacimiento de hijo, de 170 € para comedor, de 200 € para material escolar o de 170 € para guardería.

Hay que resaltar que no solo se han conquistado unas mejoras muy significativas, sino que por primera vez en la historia del grupo Inditex se ha conseguido arrancar una marco mínimo de ámbito estatal.

Desde el inicio de su expansión, el grupo Inditex utilizó la estrategia del “divide y vencerás”, tratando de crear las mayores diferencias posibles en las condiciones laborales que aplicaban en sus distintas empresas y en cada territorio. Las tiendas de Inditex nunca tuvieron un convenio propio, que estableciese unas condiciones homogéneas para toda su plantilla, sino que el grupo aplicaba en cada provincia el correspondiente convenio textil provincial, de forma que las diferencias salariales para una misma categoría y puesto podían llegar a ser enormes. De esta forma, y combinándola con algunas ventajas que solo se aplicaban en las áreas predominantemente masculinizadas, Inditex intentaba evitar que toda la plantilla se uniese para luchar juntos por mejoras para todas y todos. Hoy, tras esta victoria, se ha dado el primer e importante paso para romper esa estrategia empresarial de división y para avanzar en una firme unión de todas las trabajadoras y trabajadores de las tiendas.

Presiones y represalias en las tiendas

Fiel a su tradición de abusos y explotación sin límites, Inditex no se decidió a ceder hasta el último momento, cuando comprobó que las medidas de presión y las represalias que estaban aplicando en las tiendas eran impotentes para atemorizar a la plantilla y para obligarlos a renunciar a la huelga.

Los directores de las tiendas, siguiendo las instrucciones de la cúpula del grupo, se dedicaron a coaccionar a los trabajadores y trabajadoras que participaban más activamente en la lucha. Muchas trabajadoras y trabajadores con contratos a tiempo parcial se quedaron sin las horas complementarias que les permitían completar sus salarios de miseria, otras sufrieron cambios de puesto de trabajo para empeorar sus condiciones y las contratadas y contratados temporales recibieron serias advertencias de no renovación de sus contratos.

Nada de esto sirvió para amedrentar a la plantilla, hasta el punto de que en la huelga del 7 de enero participaron trabajadoras y trabajadores con contrato temporal, con plena conciencia de que muy probablemente los echarían a la calle como castigo a su determinación de luchar por una mejora colectiva.

El lamentable y vergonzoso papel de CCOO y UGT

Tampoco le sirvió de mucho a la empresa la sumisa y vergonzosa colaboración de las cúpulas de los dos grandes sindicatos, CCOO y UGT, siempre dispuestas a acatar fielmente las órdenes de Amancio Ortega y los jerarcas de Inditex.

Desde el inicio de la lucha en A Coruña el pasado año, ambos sindicatos se dedicaron en cuerpo y alma al sucio papel de rompehuelgas, intentando sembrar la desmoralización entre la plantilla y haciendo de altavoces de las amenazas de la empresa.

Ante la convocatoria de huelga de la CIG en A Coruña la dirección de Inditex movilizó al secretario general de la Federación Estatal de Servicios de CCOO, José María Martínez, que tachó la huelga de “enorme irresponsabilidad” y tildó de “mentiroso” al sindicato convocante. Por si fuera poco, este patético lamebotas de la patronal aseguró que el acuerdo alcanzado entre CCOO, UGT e Inditex para subir los salarios un 3% ya garantizaba a nivel estatal el mantenimiento del nivel adquisitivo de los salarios de la plantilla de las tiendas.

En los días previos a la huelga del 11, delegadas y delegados de CCOO y UGT recorrieron las tiendas, por primera vez en muchos años, para explicar a quien quisiera escucharlos que Inditex ya no cedería más, que la equiparación salarial con A Coruña “era imposible”, y que insistir en esa reivindicación solo iba a conseguir que Inditex cerrase tiendas. Unos días después sus mentiras quedaron al descubierto. Inditex sí que estaba dispuesto a equiparar condiciones, pero antes, utilizando a sus peleles en CCOO y UGT, intentó desanimar a las trabajadoras y trabajadores y boicotear la huelga. ¡Fracasaron estrepitosamente y dejaron con el culo al aire a CCOO y UGT!

Si de CCOO y UGT hubiese dependido, las trabajadoras y trabajadores de las tiendas de Inditex de todo el Estado, excepto A Coruña, habrían tenido que conformarse con una miserable subida del 3%. Pero, afortunadamente, la firmeza y determinación de la plantilla y la convocatoria de huelga de CGT arrancaron a la empresa una subida que es, como mínimo, 17 puntos mayor que la firmada por los dos grandes sindicatos. ¡Casi 7 veces más que lo que los dirigentes de CCOO y UGT habían aceptado!

Como cabía esperar, estos dirigentes no están dispuestos a renunciar a las ventajas y las prebendas asociadas a su papel de burócratas y han decidido prestar un nuevo servicio a Inditex, intentando disfrazar las concesiones que la lucha ha arrancado como si fueran el resultado de una “negociación”, y con la misma diligencia con la que firmaron la subida del 3% ahora firman la del 20% y se dan bombo presentándolas como si fuera un éxito de su política de paz laboral.

Pero ya no engañan a nadie. Las trabajadoras y trabajadores de Inditex ya han comprobado que solo la movilización y un sindicalismo combativo sirven para conseguir mejoras significativas. CGT tiene una oportunidad de oro para afianzarse y levantar este tipo de acción sindical tan necesaria. Sin duda alguna, la experiencia y las lecciones de esta victoria impulsarán a toda la clase trabajadora a romper los diques de contención de una burocracia apoltronada que no nos representa.

 

 

 


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